Últimamente demasiados constructores se dejan llevar más por la estética que por la funcionalidad y sometidos al examen global que representa hoy en día Internet suelen hacer demasiadas concesiones al lado pictórico del asunto. Una cosa es hacer una moto para que sirva de brutal salvapantallas y otra muy diferente es crear algo que, además, funcione en carretera y no tengas que llegar blasfemando a la siguiente curva. Es el caso de Cafe Racer Obsession, que ante todo se debe a su seña de identidad y propone siempre cañeras transformaciones de currada tendencia café racer. Un detalle, fijaros siempre en las estriberas cuando nos presenten una Cafe Racer. Si las lleva retrasadas lo es, y si no las lleva es otra cosa. La última salida del taller de CRO es la Valkiria, una rotunda cafer racer sobre la base de una BMW R65 del 81. De las de verdad. Si queréis saber más sobre su proceso de puesta de largo pasaros por el blog de CRO.
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