El domingo no hay carreras ni entrenamientos en la Isla de Man, y ante semejante despropósito hace más de 40 años la sección de Man del Vintage Motorcycle Club (VMCC) inglés decidió organizar sus propias tandas de rodadas en el circuito del aeródromo de Jurby, al norte de la Isla. Puede rodar cualquiera que se inscriba previamente y aunque en un principio sólo se trata de rodar con las motos y no hay competición alguna, los piques están más que asegurados y en la recta más larga se suelen alcanzar los 180km/h. En el Festival de Jurby se concentran todos los motoristas, todos, que por estas fechas se mueven por la Isla. La concentración de motos y de pilotos es bestial.
También hubo españoles rodando en Jurby. Jose Carlos Lorente con su Honda NSR 250 compartió tandas con las Road Racing Legends. Amantes como pocos de las clásicas y de las emociones fuertes el núcleo duro del Moto Club Pistón estuvo también dando caña en Jurby y durante toda la semana en el Manx Rally. Abajo Aitor, Dani, Josón y Fran. Más abajo Mauri con su Ducati 350.
En el recinto de las Road Racing Leyends la Benelli cuatro cilindros calentaba motores a placer con un aullido infernal. Una locura. El kiwi Bruce Anstey que venía de ganar las carreras de Superbike y Supersport en el Ulster Gp unas semanas antes alucinaba, como el resto, ante tal descomunal despliegue de decibelios.
Menos ruidosa, pero mucho más exótica era la Harley Davidson HDB2 con chasis Bimota desarrollada por Tamburini a mediados de los 70. Y una vez en acción las dos tiempos como la legendaria Kawa H1-R, la primera Kawa de carreras, pasaban por la recta dejando el inconfundible rastro de humo y olor dulzón de la mezcla racing. Puro Eau de Coureur. En el recinto de los Road Racing Legends se pudieron ver a algunos de los pilotos legendarios del motociclismo como Phil Read, Mick Grant o Graeme Crosby. A Croz! ya le vimos saltar el día anterior en Ballaugh. Muy en forma.
La figura de Sammy Miller es venerada en el Reino Unido, y en el Jurby y sobre la "Mike Hailwood" Rc 181 Honda réplica posó una y otra vez ante sus seguidores como la gran figura que es. A sus 81 años no se pierde una. Y si el espectáculo y las figuras estaban aseguradas en el recinto del Jurby, en el aparcamiento también había para echarse unas horas más contemplado los modelos más variados de motos. Del tamaño de dos campos de fútbol estaba a media mañana repleto de ellas. La Isla de Man y su historia, ligada desde hace más de un siglo al mundo de la moto, es y será siempre un destino al que hay que acercarse por puras razones de salud mental. Convivir en el paraíso motociclista más rotundo del mundo durante unos días con otros de tu misma especie crea adicción y te carga de una energía brutal. Tanta que incluso creo que debería llegar hasta el año que viene por estas fechas. Habrá que ir pensando en la recarga. ¿Quien se apunta?
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