Las cartas, excepto las oficiales y la de los bancos, se han convertido ya casi en muestras del pasado y lo que es más importante, en muestras de cómo era el pasado. En un foro me topé el otro día con esta carta de Mike Hailwood dirigida a la dirección de carrera del Gran Premio de Assen. Está fechada el 26 de Mayo de 1962 y en ella Hailwood les pregunta si podrían pagarle una prima de salida de 100 libras. Hailwood era la estrella del momento, en un margen de su carta figura todo su palmarés desde que debutó en 1957. Hasta la fecha había conseguido 220 victorias, 62 segundos puestos, 29 terceros y el año anterior, 1961, se había proclamado campeón del mundo de 250cc y había logrado un triplete en la Isla de Man en 125, 250 y 500.
Un genio en potencia, un crack y que a pesar de contar con semejante bagaje tenía que pedir humildemente una prima de salida a la dirección de carrera. No la pedía en concepto de estrella, sino sólo para costearse el viaje desde Gran Bretaña. Y antes que nada, y para despejar dudas, confirma que la inscripción para el TT de Assen la adjuntaba con la carta, iría de todas las maneras. Eran definitivamente otros tiempos, donde los monos eran negros y lisos, donde correr no era negocio, donde la pasión era la que movía la furgoneta y donde los pilotos no se tenían que poner relojes ni chupar del bote energético cuando subían al cajón. El motociclismo en su estado más puro y atractivo. Otros tiempos.
Un genio en potencia, un crack y que a pesar de contar con semejante bagaje tenía que pedir humildemente una prima de salida a la dirección de carrera. No la pedía en concepto de estrella, sino sólo para costearse el viaje desde Gran Bretaña. Y antes que nada, y para despejar dudas, confirma que la inscripción para el TT de Assen la adjuntaba con la carta, iría de todas las maneras. Eran definitivamente otros tiempos, donde los monos eran negros y lisos, donde correr no era negocio, donde la pasión era la que movía la furgoneta y donde los pilotos no se tenían que poner relojes ni chupar del bote energético cuando subían al cajón. El motociclismo en su estado más puro y atractivo. Otros tiempos.
Buena historia. De todas formas hay que recordar que Mike The Bike si algo tenia era pasta. Llama la atención que fuera pidiendo donativos ...
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