En la mayoría de las ocasiones no hay que comerse mucho la cabeza para lograr una Café Racer de primera. Sólo hay que recurrir al libro de estilo cafetero y seguir las indicaciones: estriberas retrasadas, semis por debajo de la tija, colín trasero y depósito con hendiduras, colores sobrios, motor revisado y niquelado, filtros de potencia, un escape potente, buenos amortiguadores y evitar cualquier extra que nos arruine el conjunto. Y para ilustrar la conversión pondría como ejemplo la Honda CB 550 del esloveno Matej Trop. Tan brutal como sencilla, una de las Café Racers más apañadas y bonitas que hemos visto en mucho tiempo. Si quieres saber más de ella pásate por su artículo en la revista online 7Seven Customs. Fotos: Andraz Gregoric
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