Muchos norteamericanos con alma racer fueron los que en 2009 se mosquearon de veras cuando HD decidió deshacerse de Buell y centrarse exclusivamente en lo suyo. EEUU se quedaba así sin el único fabricante nacional que durante más de 25 años pudo presentar modelos dentro del sector de las deportivas. Pero no estaba todo perdido, dos fueron los valientes que tomaron el testigo de Buell y decidieron continuar con la inercia que habían creado las Buell.
El primero fue su fundador, el ex- piloto e ingeniero Eric Buell. Un mes después de la salida de HD ya estaba fundando su propia compañia, Erik Buell Racing, y hasta hoy ha estado presentando modelos deportivos desarrollados por ellos mismos sobre la base del motor de la Buell 1125R, con una Superfighter como última propuesta. Y los otros que decidieron continuar, y radicalizar, el legado Buell fueron los norteamericanos de Magpul Industries. Ya estaban dándole vueltas al modelo 1125R para rediseñarlo a su gusto cuando HD decidió soltar lastre y en el Outlet de Buell que le sucedió decidieron comprar 47 motos de ese modelo. Con el diseño del prototipo ya definido crearon Ronin Motor Works y durante los próximos años, sobre encargo y hasta agotar existencias van a dar salida a sus 47 Ronin, cada una de ellas con el nombre un particular guerrero Samurai grabado en el chasis.
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