La Salander ya apuntaba maneras de joven. Con trece años se vengó de su padre quemándolo vivo en su coche con un litro de nafta y aunque estuvo buscando por e-bay una motosierra para seguir engordándo su prometedor curriculum finálmente rectificó, y con buen criterio se hizo con una moto. Eso si, con una moto oscura y a tono con sus raidos panties.
Cuando Hollywood decidió meterle mano al bestseller del sueco Larsson contactaron con Glory Motor Works de LA para que se inventaran una moto que fuera del agrado de la hacker gótica. Sobre la base de una Honda CL350 de los 60 desarrollaron una Cafe Racer gótica de primera y luego hicieron dos réplicas más por si las moscas. Los californianos se especializan en alquiler de motos para rodajes de película y de anuncios y tienen una colección de motos de época muy importante.
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