Hace 50 años que se dejó de fabricar una de las motos de carreras más cañeras de todos los tiempos. Ligera, rápida y con una estampa superatractiva la Norton Manx hizo que una legión de pilotos visitara con su ayuda y con bastante asiduidad el cajón en las décadas de los 50 y 60. La Norton Manx nació en 1946 como alternativa a la Norton International, el modelo de carreras de la firma inglesa hasta la fecha, pero pronto se quedó obsoleta. El chasis heredado de la Inter era viejo y se rompía y las motos de carreras que se alineaban en las parrillas de salida enseñaban ya rabiosos motores de cuatro cilindros. El empujón definitivo lo dieron los hermanos McCandeless con su revolucionario chasis Featherbed.
En 1950 la Manx renacía, tocada con la varita mágica del featherbed, y con las soberbias prestaciones que le daba se encumbró como una de las carrera-cliente más laureadas y conocidas del mundo. La crisis en la industria de la moto británica obligaron a apartarla de la cadena de montaje en 1962. AMC, dueña de Norton desde 1952 y de otras marcas como AJS o Matchless, decidió sacrificarla en beneficio de otra de las grandes motos de carreras, la Matchless G50. La Manx era bastante superior a la G50 pero por razones jerárquicas (el origen de AMC lo encontramos en Matchless) la Norton cayó primero. Un año más tarde cayeron también la G50 y su prima la AJS 7R.
Motos como la Norton Manx no pueden desaparecer y en 2010 la compañia inglesa Works Racing Motor Cycles Ltd se lió la manta a la cabeza y presentó de nuevo a la Norton Manx tal y como la conocíamos. Utilizando los mismos patrones pero con tecnología puntera todos los componentes son idénticos a los originales e incluso se pueden utilizar como recambios para las antiguas Manx. Una excelente noticia para todos los quemados de este mundo.
Para el que no esté tan quemado encontramos también la versión civilizada de la Manx. De hecho es la versión definitiva de una Cafe Racer. Una moto inglesa del siglo pasado, nacida en las carreras y que puede ser conducida con todas las de la ley. Un sueño. La propuesta conjunta parte de dos firmas inglesas. Una es la del ex-piloto Steve Tonkin, que se dedica a construir (no a restaurar) motos británcias de conocido pedigrí. Y la otra empresa que tambíen está embarcada en el proyecto es la que dirige Andy Molnar, conocida por sus preparaciones sobre la base de la Manx.
¡Lo que se aprende contigo! , gracias.
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