El término hiper define a la perfección a constructores como los franceses de Lazareth. Podemos hacerlo bién, pero lo vamos a hacer mejor, mucho mejor, lo vamos a hiperniquelar. Bien sure. Ese afán de superioridad está presente en cada criatura que sale del taller francés y ese exceso conlleva también una rotunda exclusividad. No hay ninguna moto igual en el mundo, y quizá lo que es más importante, nadie te la va a copiar. Sus motos son muchas veces encargos de adinerados clientes que no reparan en gastos, es lo que tiene montar una hiper-cafe-racer. Como el caso de la Ducati 1000 Millas que construyeron sobre la base de una 1000 SS. Un lujo que puede gustar o no, tienen motos de dificil digestión, pero que provocan más de un crujido de mandíbula.
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