Del 8 al 10 de Mayo pasado se celebró en el Ciruito Internacional de Zuera la 8ª Edición de la Pinasco 24 Horas Vespa TVB -The Resistance, una de las pruebas de resistencia estelares del calendario internacional. Este año no pudimos asistir en persona pero gracias a la crónica de Aisgar y a las fotos de Raul Abio os podemos acercar este espectáculo con mayúsculas de los de las ruedas más pequeñas. Aisgar es un incondicional de las motos y de su ambiente, se le nota, y Raul ha venido retratando desde 2012 toda la garra de las carreras de Vespa que se celebran en Zuera. Mil gracias a ambos por vuestra colaboración para esta entrada. Si queréis ver más fotos de Raul pasáros por su galería en Flickr.
En la edición anterior, la agenda arrancaba en la mañana del viernes con las verificaciones, pero en esta edición se retrasó hasta la tarde. De este modo, pude darme una vuelta para hablar con algún conocido del Circuito y ver la zona de acampada. Me enteré de que el Team Vespa Barcelona alquila el circuito para celebrar la prueba, y se encargan de toda la organización, algo que me pareció curioso, teniendo en cuenta que existen circuitos catalanes más cercanos para ellos.
La zona de acampada es digan de ver por sí misma. Es una pequeña Babel de lenguas, donde ya puedes ver la capacidad económica de cada equipo, en función de sus vehículos, roulottes, tiendas de campaña ... pero lo más maravilloso es el ambiente que se respira entre los participantes: risueños, ilusionados, con una sonrisa en los labios cuando ven que vas a hacer una foto a alguna de sus máquinas, niños montando por las calles en mini-scooters ... Supongo que hubo un tiempo en que las grandes competiciones fueron así.
Y llegó el gran dia. Tras los entrenos, colocación en la parrilla estilo Le-Mans según tiempos en entrenos. Vino a verlo mucha gente, aunque sólo estaba ocupado un tercio de la grada. A dos minutos del inicio, empiezan a rugir los motores de dos tiempos (ese sonido, ese olor de antaño ... recuerdos de mi primera moto). A uno de los pilotos se le va la mano del embrague, la moto sale disparada y acaba en el suelo antes de empezar. Su compañero de equipo se echa las manos a la cabeza al casco, en un intento de no morderle la yugular. Doce en punto y salida. Viendo ésta, entiendo que la salida Le-Mans sea algo anecdótico, porque, a pesar de que no hubo ningún incidente, da miedito verla: motos que salen desde atrás disparadas por la recta mientras algunas de las primeras no lo han hecho, pilotos empujando motos que se han calado y las intentan volver a arrancar... ¡Espectacular!.
Desde el inicio, la moto 93 (¿es mágico este número?) de la Scudería ESC, ganadores del año pasado y al final de esta edición también, salió rapidísima. Antes de llegar al minuto 10, se cayó en la curva 2 limpiamente, y le dió tiempo al piloto a levantarse antes de que el segundo clasificado lo alcanzase. Por algo eran los favoritos.
La moto 22 del equipo de Luis Carlos Maurel, que fue segunda el año pasado y que según me contó uno de sus mecánicos tenían todo a favor para ganar en esta edición, se lo tomaba con más calma al inicio. Pero en el primer relevo, el piloto, de 17 años, empezó a bajar los tiempos por vuelta en casi 3 segundos, sufriendo dos caídas, con la mala suerte de que en una de ellas se rajó el carter del cambio y empezó a perder lentamente el aceite, hasta que a las 21:00 hs. se gripó la caja y tuvieron que abandonar.
Aparte de la prueba en sí, lo más duro de esta edición fue el calor. La carrera empezó a 28º con cielo totalmente despejado. El sol no calentaba, quemaba, por lo que la caída de la noche fue un alivio para pilotos y monturas. Seguían transcurriendo las horas mientas se consumían litros y litros de gasolina, aceite, bebidas energéticas y café. El que no dormía, pilotaba, reparaba o cabeceaba. Con la salida del sol, empezó a subir la temperatura, alcanzando al acabar la carrera los 30º, lo que debió influir en la mecánica, ya que las motos bajaron mucho de rendimiento tal como se podía observar en la velocidad de paso por la recta de tribunas. Cuando el reloj llegó a cero y ondeó la bandera acuadros, todos los presentes rompimos en aplausos. Acabar ya es un triunfo, y el recuerdo que le debe quedar a los participantes es especial.
Crónica: Aisgar, Fotos: Raul Abio
Ayer emitieron un programa especial sobre motos en Antena Aragón, titulado "Fiebre motera", donde salen imágenes de la prueba:
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