Hay demasiada gente que en su afán por hacerse una moto única le mete mano a motos que de por si ya son únicas. La necesidad, y la moda manda, de meterle mano sin contemplaciones a genuinas y potentes bases lleva en demasiadas ocasiones a resultados fallidos. Sin embargo hay algunos pocos que entienden que una transformación también puede pasar por una restauración en condiciones y que a la larga disfrutaremos más de una clásica puesta al día que con un ñaparacer sin posibilidad de vuelta atrás.
Es el caso de Dave, de MadWorks, artesano de las calacas, padre nuestro de la Virgen de los pistones y ante todo compañero de rulos y chaparrones. Por necesidades de llevar una vida más tranquila y por sugerencia de su chica/socia Isabel ha tenido que dejar aparcada su rabiosa Kawa Z650 (había que verla para hacerse una idea) y hacerse con una Z1000 en el complicado mundo de las motos clásicas de segunda mano. La restauró a conciencia y la mejoró con pinzas de freno de dos pistones Fontana de magnesio, llantas EPM de aluminio, un asiento Eddie Lawson réplica, y un repaso a los amortiguadores y horquillas. El escape Yoshimura negro mate le da el toque sonoro necesario y además el mérito de habérselo currado todo el mismo le añade el plus definitivo.
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