A buen seguro que el fotógrafo marroquí Hassan Hajjaj conoce a los Clash. Vistos sus cañeros retratos se nota a la legua que tiene alma punki. Geniales fotografías de las mujeres que diariamente pululan por la Kasbah de Marrakech, Hajjaj las reinventa a lomos de lustrados ciclomotores. Y las enmarca con coloridos envases de refresco, alubias o caldos de pollo. Un punto. Son sus particulares ángeles de Kesh. Ahora mismo los está exponiendo en la galería neoyorquina de Taymour Grahne.
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