lunes, 5 de diciembre de 2016

tempi eroici


En la foto de arriba y si nos fijamos bien podemos apreciar como la moto todavía humea,  quemando el barro pegado entre las aletas del cilindro. Del piloto ni rastro, la dejó parada, de pie,  allí donde le alcanzó la inercia y luego se fue, harto de bregar en semejante barrizal. Los que siguen ahí son los espectadores, algunos con corbata y sombrero,  admirando la moto, la heroína del momento que todavía sigue muy viva y muy caliente. La foto, genial y única, es del italiano Glauco Bonetti, fotógrafo todoterreno del mundo de la moto italiana y que durante tres décadas, de los años 50 a los 80, retrató todos los acontecimientos deportivos que se celebraron en Italia. 

Bonetti fue galardonado con la medalla de oro del motociclismo italiano por sus crónicas y fotografías, retratando un mundo donde los pilotos italianos sobre motos italianas se batían el cobre en un contexto idóneo para las heroicidades. Cubrió desde las carreras de pueblo hasta los récords de velocidad de Ducati, y desde las pruebas de resistencia de chicas sobre vespas hasta las pruebas de todoterreno más sucias. El archivo fotográfico de Bonneti lo gestiona ahora su amigo Paolo Manusardi, que ha editado online diferentes libros con sus fotografía en la plataforma de Blurb. Si quieres repasarlos puedes acercarte hasta Motopix  y enlazar desde ahí con todos ellos.  

























Bonetti también fue testigo del paso de grandes pilotos por las competiciones italianas del momento. Arriba el finlandés Jarno Saarinen en el circuito de Monza en 1971 y su inseparable mujer Soili Karme. Tanto monta, monta tanto. Y abajo Mike Hailwood cuando se pasó por el circuito de Monza en 1971 para probar las nuevas Moto Guzzis V7 Sport. No sabemos si los zapatos italianos que luce el astro británico fueron un regalo de la casa para promocionar aun más la marca Italia. 


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