"Yo me alimento de esto" , le comenta al motero portugués que atento ha seguido toda la operación de cambio de carrete de la Hasselblad, y visto a la velocidad que van cayendo los carretes parece que hoy García-Alix tiene apetito. No me extraña, esta mañana andamos rodeados de cafe-racers (de las de verdad) y cada brillo, cada ángulo y cada gesto vale un retrato, un bocado más para saciar la gula infinita de este gran fotógrafo. Las fotos y las motos son las constantes en la vida de Alberto, y fueron las motos las primeras en aparecer.
En uno de sus primeros contactos aterrizó con una moto cafeteada a cross por su hermano gemelo Alfredo en el interior de la cafetería Manila, cerca de la calle Orense, en Madrid. Dejó la silueta marcada en el ventanal de la cafetería. Desde entonces su pilotaje ha evolucionado, faltaría más, y había que verle ahora en acción, disparando su Leica desde la Harley al grupo de Cafe Racers venido de Oporto para el Lisboa Art & Moto. Cada instante tiene para Alberto su foto y si la ve poco le importa estar circulando a más de 120 kmph, y ahí radica la diferencia entre el fotógrafo y los que simplemente sacan fotos. Gracias Alberto, gracias por compartir tus fotos en PB. Un punto y un honor.
En uno de sus primeros contactos aterrizó con una moto cafeteada a cross por su hermano gemelo Alfredo en el interior de la cafetería Manila, cerca de la calle Orense, en Madrid. Dejó la silueta marcada en el ventanal de la cafetería. Desde entonces su pilotaje ha evolucionado, faltaría más, y había que verle ahora en acción, disparando su Leica desde la Harley al grupo de Cafe Racers venido de Oporto para el Lisboa Art & Moto. Cada instante tiene para Alberto su foto y si la ve poco le importa estar circulando a más de 120 kmph, y ahí radica la diferencia entre el fotógrafo y los que simplemente sacan fotos. Gracias Alberto, gracias por compartir tus fotos en PB. Un punto y un honor.
Guay
ResponderEliminar