Decía Picasso que cuando llegara la inspiración más vale que le pillara trabajando. En este axioma del genial malagueño estaría pensando Frank cuando media hora después de la llamada telefónica de un colega preguntándole si podía hacer algo con una deslustrada BMW que había encontrado en un almacén, ya estaba recogiéndola para ponerse manos a la obra. La inspiración del patrón de Sumisura debe de estar al máximo nivel y muestra es su última creación, la Picchio R100s.
Rotunda, robusta, atractiva, y destilando fiabilidad por todas sus tuercas. Frank borda sus motos con unos acabados impecables y una estética a prueba de tendencias. Un flechazo. Sumisura ha logrado crear en su corta historia un estilo propio e inconfundible en el cada vez más prolífico mundo de las transformaciones de BMWs. Tarea harto complicada que sólo se consigue con grandes dosis de talento. Una vez más, complimenti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario