Ahora que la corriente va por rescatar viejos modelos para darles un segundo pase cafetero muchos han aprovechado la ocasión para vender la moto del abuelo por unos miles de euros más. Así parece que lo dicta la ley de la oferta y la demanda, pero a veces tendríamos que tirar más del sentido común que de las (infalibles?) reglas de mercado. Sin embargo en contadas y raras ocasiones sucede al contrario, que aunque la moto sea una pata negra (aunque esté pintada en dorado purpurina) el personal no de un duro por ella. Sucedió con esta Honda CB 750 de 1971 que apenas llegó en una puja en E-Bay a alcanzar los 2000 $. Su dueño neoyorquino no la llegó a vender y eso que se gastó una pasta en cafetearla, sólo el depósito Dunstall vale un buen fajo. Su ficha sigue activa en E-Bay.
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