El italiano Stefano Vernier, afincado desde hace una década en Nueva York, se ha estrenado como constructor con una máquina que deja bien claro por donde van a ir los tiros en sus próximas creaciones. Sobre la base de una Moto Guzzi V35 C del 87 ha creado una cafe racer de lux, elegante, sobria y donde manda el concepto del menos es más. Negra y limpia. De hecho su otro negocio es el de diseñar baños y cocinas, espacios donde el niquelado debe de lucir (el algodón no engaña) y que Vernier ha sabido trasladar también a su Guzzi. Tiene más frentes de dos ruedas abiertos, dos Guzzis y una Ducati Pantah que para ir creando expectativas ya ha anunciado en su web de Vernier Motociclette Customs.
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