sábado, 6 de febrero de 2016

tutorial Minicross


Que el motociclismo tiene su punto de sufrimiento lo aprendimos con la Puch Minicross, la moto perfecta para aprender a montar en moto. Cuando descontrolabas demasiado el infalible golpe de huevos contra aquel depósito cuadrado te daba el toque de atención preciso. La colleja necesaria para ir aprendiendo a conocer nuestros propios límites. Un aprendizaje al que también había que añadir mucha mercromina y otras tantas costras pero que no nos hacía desistir, es más,  con la Minicross aprendimos también que  esto del motociclismo también puede ser tremendamente divertido. 

En un tiempo donde la libertad abundaba y la ausencia de artilugios abductores hacían que la calle, o los prados, fueran más nuestros, las motos definían nuestro pasatiempos principal. Y entre ellas sobresalía por méritos propios la Minicross, una de las motos más sobadas de la historia, pasaba de hermanos a hermanos  y  de mano en mano. Siempre lista y dispuesta para prestarse a desvirgar en esto de andar en moto al primero que quisiera. 



Y nada mejor para ilustrar hasta que punto las Minicross eran duras de pelar como las fotos de Joaquim Suñol  estrujándola al máximo en el circuito de cross de Les Franqueses en Barcelona en 1979. La foto de inicio también es de el. Un figura al que le gustaba volar con ella y  con la que se inició en  el mundo del Motocross. Las fotos de la meticulosa restauración de la Minicross  son de KomAndo ShakAtale y aparecieron en el grupo de FB de MCM.




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