lunes, 9 de enero de 2012

Pops Yoshimura, el afortunado


Cuando Hideo "Pops" Yoshimura aterrizó en 1971 en el aeropuerto de Los Angeles con toda su familia sabía muy bién que acababa de llegar a la tierra prometida. Venían de Tokio y venían acompañando a la revolucíon que Japón acababa de empezar a exportar. El año anterior Honda con su CR750 ( un año después de presentar su revolucionaria CB 750) había dado un soberano repaso a todas las twins en las 200 millas de Daytona y Kawasaki estaba desarrollando su nueva Z1 de 900 cc que presentaría un año después. El reinado de las twins llegaba a su fín, empezaba la era de las tetracilíndricas con la industria japoneas frotándose las manos, tenían hambre y  venián a comerse el mundo. Yoshimura también. En Tokio regentaba un taller donde reparaba las motos británicas (BSA y Triumph) de los soldados aliados de ocupación, ocasionalmente tambien las preparaba para carreras caseras, y sabía de primera mano lo que se estaba cociendo en los fogones de Honda y Kawa. Le apasionaban las carreras y consciente de que con la entrada de los nuevos modelos de japonesas se estaba empezando a  escribir  un nuevo capítulo en la historia de las carreras, dejó la retaguardia y  se desplazó con todo su equipo al campo de batalla.


La primera moto que cayó en manos de Yoshimura fue una Honda CR 750, cedida por Ronnie Krause, uno de los primeros distribuidores de Honda en California. La Yoshimura-Krause, la primera que utilizó los escapes 4 en 1 made in Pops y otras modificaciones artesanales, compitió durante el 71 y 72 en el campeonato AMA y en las 200 millas de Daytona tuvo sus momentos estelares con el piloto Gary Fisher, liderando la carrera hasta que problemas mécanicos le obligaron a retirarse en las dos participaciones.


Años más tarde Yoshimura se pasó a Kawasaki y con el joven Wes Cooley desarrolló a fondo la Z1. Cooley era el piloto perfecto para manejar las radicales Z1 de Yoshimura, muy potentes pero poco manejables. Empezaba la era de las superbikes y con ellas el estilo de pilotaje cambió radicalmente. De las trazadas conservadoras y elegantes de las twin europeas se tuvo que pasar a dominar las potentes y salvajes japonesas en los mismos ángulos. Y el joven Cooley las sabía dominar, añadiendo el plus de espectáculo de rodeo a las carreras. En la primera carrera de la nueva AMA Superbikes Series en 1976, Cooley acabó cuarto, a pesar de los infructuosos intentos de la Kawa de deshacerse de el en los peraltes de Daytona. Al año siguiente acabó tercero.


En 1978 Yoshimura se pasa a Suzuki y se lleva con el a Wes Cooley, el piloto que mejor sabe domar sus prototipos. A Yoshimura le acompañaron los tiempos, tuvo la suerte de vivir en la década prodigiosa, cuando las marcas niponas asombraban cada año con máquinas más potentes y con más cubicaje, y siempre andaba apostando por lo nuevo, cuando Kawa sacó la Z1 900 abandonó la Honda CB 750 y cuando en 1977 Suzuki presentó en París la GS1000 (la última de las marcas japonesas en hacerse con un big four de 1000 cc) no dudó en seguir su inercia y se puso a desarrollar la imbatible GS1000 que tanta fama le dió. Con ella empezó a ganar carreras y títulos, en 1978 y con McLaughlin ganó la Daytona Superbike, mientras con su piloto fetiche, Wes Cooley, se hizo con el campeonato AMA de Superbikes en 1979 y 1980. En 1979 en Daytona sus tres pilotos coparon el podium y de 1978 a 1981 se alzaron con la primera posición en esta carrera. Con semejantes resultados los de Suzuki decidieron que Yoshimura y su equipo se convirtieran en el equipo oficial de esta marca en los EEUU.


Los éxitos alcanzados por Yoshimura y por Wes Cooley (arriba) animaron a Suzuki a lanzar la Suzuki GS1000S, también  conocida por los aficionados como la Wes Cooley Replica (izquierda). Se fabricó en 1979 y 1980 y fue sustituida más tarde por la GSX1100S Katana, otra bomba.






Una de las criaturas más alucinantes y bonitas que salió de las manos de Yoshimura fue sin duda la Suzuki R 1000 GS que ganó las 8 horas de Suzuka en 1980 con Wes Cooley y Graeme Crosby como pilotos. Es, sencillamente, brutal.





Yoshimura, de profesión su pasión por preparar pepinos de altísimas prestaciones, tuvo la inmensa suerte de estar en el lugar indicado en el momento oportuno, cuando el mundo de las carreras se abría por fin a las motos de serie, nacían las primeras superbikes y los japoneses entraban a saco a hacerse con el pastel. Su fama perdura y hoy el nombre de Yoshimura es sinónimo de alta competición. Regresó a Japón en 1981 y murió en 1995 dejando un legado inigualable como uno de los más potentes preparadores de las primeras superbikes y que hoy su hijo mantiene intacto a través de Yoshimura-Japón.

3 comentarios:

  1. Con mas de una año de vida y yo sin descubrirlo?? Menuda sorpresa de blog. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante. La moto de Suzuka es impresionante.

    ResponderEliminar
  3. Hola, buen articulo. Era solo para comentar que la GS Suzuka (esas fotografias en concreto) son de una maqueta. No es la moto "real". Se que no importa mucho, la moto es espectacular de todas formas, pero era por informar,,,,
    Un saludo desde lsrBikes.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...