Apuramos la última pinta del verano antes de retomar de nuevo la lucidez. Estuvimos en el rincón del planeta donde las motos son religión, donde cuelgan de los techos, donde los pilotos con más bemoles del mundo tienen sus estatuas y donde la adrenalina de las carreras te pasa a un escaso palmo de distancia y a muchísimas millas por hora. Dejanos apurar el culín de la última Guiness y te contamos más...
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