viernes, 15 de marzo de 2013

Don Morley, testigo de una época

El fotógrafo británico Don Morley es un peso pesado en la fotografía deportiva y en el mundo de las dos ruedas en particular. Tuvo la suerte de ser testigo del inicio del cambio radical del Continental Circus  en los 70, cuando Roberts y su motorhome empezaron a cambiar la romántica mentalidad de las carreras. Pero ante todo tuvo la maestría necesaria para poder retratar como pocos la acción con las limitaciones de antaño.

Fue de los primeros que usaron las Leicas de 35mm para darle color a la acción en los 60, dejando (por fin)  atrás las pesadas cámaras de placas. Con estas se las tenía que ingeniar para    sacar en foco a los corredores y para tal fin solía poner un pegote de plastelina en el trazado, medir la distancia, ajustar la lente y rezar para que los pilotos pasaran por ese mismo punto en cada vuelta. Una movida, ya que pocos pilotos repetían siempre la misma trazada. Pero ante todo las fotos de Morley cuentan historias. Unas historias que ya pocas veces encontramos en los paddocks actuales, asépticos y blindados. De hecho Morley rompió con el mundo de los Grandes Premios cuando en 2000 en el GP de Gran Bretaña no le dieron un pase de pata negra (como siempre) y en cambio le asignaron uno de acceso limitado. Devolvió el pase y nunca más pisó un GP.



Dennis Ireland, piloto Neozelandés, fue uno de los pilotos de las antípodas más punteros de finales de los 70 y comienzo de los 80. En la foto marcándose un caballito imposible (de hecho el no quería, la mano del acelerador lo deja claro) sobre su Suzuki RG500 en Brand Hatch en 1979 para una sesión de fotos publicitarias. Tan imposible que acabó estrellándose contra un poste de hormigón que le mandó cinco meses al hospital con un montón de huesos rotos. En el hospital se enamoró de una enfermera que se ha convertido en  su actual mujer. En 1982 logró ganar el Classic Race del TT con Suzuki. 


Randy Mamola acabó segundo en el GP de Francia de 1986, pero casi acaba por los suelos. En la última curva y en vez de ir a por la bandera de cuadros, se le cruzaron los cables y salió a la gravilla para hacer la pirueta de la foto con su Yamaha YZR500. Se reincorporó a tiempo para consolidar la segunda plaza, pero sólo con dos segundos de ventaja sobre Sarron. Morley le retrató y impresionado por la foto la imprimió y en el siguiente GP, el de Gran Bretaña, se la regaló a Mamola. Este se la enseño a su jefe de equipo, Kenny Roberts, y el marciano montó en cólera (la gracia de Francia le había pasado totálmente desapercibida)  y le despidió fulminantemente ante la estupefacción del fotografo. No quería payasos en su equipo. Aunque Roberts le readmitió posteriormente el buen rollito entre ambos se acabó definitivamente. Y por la foto de abajo no sabemos si entre Mamola y Morley también acabó la amistad.




Schwantz, Lawson y Rainey se plantan en el GP de Misano en 1989. Deciden no correr, caen chuzos de punta y la TV italiana ha forzado a retrasar la carrera  de 500 para coincidir en horarios con los EEUU. La primera huelga de mangos caidos de la historia. De los 32 pilotos sólo deciden participar 10. 


En 1984 esta foto de Roberts en Daytona acabó con Morley en la comisaría. Con el espacio restringido a los fotógrafos el inglés tuvo que arreglárselas para buscar buenos ángulos desde los que retratar y no todos estaban permitidos.  De todas las maneras al año siguiente insistió y se profesionalizó en el butrón en el alambre con unos afilados alicates. 



Fue el Tourist Trophy  el que inició a Don Morley en el mundo de la fotografía. Pisó por primera vez la isla en 1953  como aficionado con una cámara de placas y 5 libras en el bolsillo (tuvo que alquilar el baño de una habitación para dormir) y quedó tan prendado de la magia del TT que decidió dedicarse al mundo de las fotos y de las competición de motos en particular. Durante 50 años no se perdió ningún TT y su descomunal archivo retrata como pocos la evolución de esta carrera. Su libro TT In Camera es de lectura obligada para ilustrar cinco apasionantes décadas de esta gran cita con fotos y jugosos comentarios. 

Arriba Mike Hailwood tras su caída con la MV Augusta 500 en el senior TT de 1965. Andaba en un mano a mano con Agostini y aunque el sólo salió malparado con la nariz ensangrentada fue su moto la que se llevó la peor parte.  Con el carenado  y una estribera rota y con uno de los tubos de escape tan aplastado esta sólo pudo continuar la marcha con tres de los cuatro cilindros. Agostini parecía que lo tenía a huevo para hacerse con la victoria, pero se cayó en el mismo lugar que Mike y dejo que este se hiciera finalmente con la victoria en una de las carreras más accidentadas y lentas del TT. Gran amigo de Hailwood, Morley pasó una noche en el calabozo con el en la Isla de Man pero al contrario  que con el resto de historias y anécdotas con esta no quiere dar demasiadas explicaciones. 


Ryan Farquhar aterrizando en Ballaugh Bridge en la carrera de Production 600 en 2001. La primera victoria para Kawasaki en mucho tiempo. Esta fue la primera victoria de Farquhar en el TT. 

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