Una de las motos más polivalentes de todos los tiempos fue la BSA Gold Star. A parte de ser una de las motos más codiciadas por los Café Racer por sus prestaciones (la fábrica advertía de que esta especie de carreras-cliente no la hacían nada recomendable para su uso turístico en las carreteras), la Goldie participó en el TT y se mojó en competiciones de cross puro y de off-road tan duras como los ISDT o los SSDT. En Norteamérica también la supieron sacar partido y con ella numerosos pilotos participaron en la populares carreras todoterreno que se celebraban en California en la década de los 50. En 1956 Chuck Minert se hizo con la victoria con su BSA Gold Star Scrambler en el Catalina Grand Prix (arriba) y la fábrica, a instancias del importador de BSA de la costa oeste, fabricó una corta serie de réplicas que tuvieron mucho éxito.
Una de las motos más polivalentes de todos los tiempos fue la BSA Gold Star. A parte de ser una de las motos más codiciadas por los Café Racer por sus prestaciones (la fábrica advertía de que esta especie de carreras-cliente no la hacían nada recomendable para su uso turístico en las carreteras), la Goldie participó en el TT y se mojó en competiciones de cross puro y de off-road tan duras como los ISDT o los SSDT. En Norteamérica también la supieron sacar partido y con ella numerosos pilotos participaron en la populares carreras todoterreno que se celebraban en California en la década de los 50. En 1956 Chuck Minert se hizo con la victoria con su BSA Gold Star Scrambler en el Catalina Grand Prix (arriba) y la fábrica, a instancias del importador de BSA de la costa oeste, fabricó una corta serie de réplicas que tuvieron mucho éxito. 
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