La inglesa Olga Kevelos, de padre griego y madre inglesa, fue la primera mujer que compitió en el exigente mundo del trial. Su afición por esta modalidad del motociclismo casi le vino por necesidad. Se había echado un novio al que le volvían loco las motos de trial y para poder seguirle en las competiciones no tuvo más remedio que armarse de valor y seguir su rebufo por las interzonas con su propia moto. Su talento para mantener el equilibrio no pasó inadvertido para la James Motorcycle Company, que le ofreció una de sus motos para competir. Fue la primera de las potentes marcas británicas que fabricaban motos de trial que más adelente también le cedieron motos para competir. Y lo hizo en serio, participando en varias ediciones de los Seis Días Internacionales de Trial, desde San Remo hasta Gales, donde en 1949 obtuvo su primera medalla de oro con una Norton. Hasta su retiro del mundo de la competición en 1970 participó asiduamente en los Scottish. Olga era muy competitiva y tuvo también sus días de gloria en el mundo de la velocidad logrando asombrar con su pilotaje en varias competiciones automovilísticas.
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