Isidoro López quería irse de carreras. Seguía con pasión los rallies motoristas que se celebraban en Italia a mediados de los años 50, como el Milan-Taranto y el Giro d'Italia, y quería competir en ellos. Pero no lo tenía nada fácil, en Mexico no había motos con las que participar. Tenía su propia marca de motos, ISLO, pero estas sólo las fabricaba como moto-tortillas, motos ensambladas con componentes italianos que se utilizaban como motos de reparto. Competir con una moto-tortilla no entraba en sus planes y decidió fabricarse su propia linea de motos de carreras.
Se hizo con motores de Morini de 175cc para fabricar una serie de sólo cuatro motos, la Carrera (Izq.). Estuvieron listas para desembarcar en los rallies italianos en 1958 pero justo ese año el gobierno Italiano prohibió este tipo de carreras por la alta siniestralidad de estas. Las Carrera nunca llegaron a competir y de ellas evolucionó más tarde la Grand Sport, una estilizada moto de calle que durante un corto periodo de tiempo se vendió a unos pocos mexicanos, incondicionales de las motos como López, que a buen seguro eran conscientes de que estaban adquiriendo una auténtica joya.
Great!
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