El mundo de las Cafe Racers siempre ha estado ligado a la música, de hecho cuenta la leyenda que los que querían convertirse en un Ton-Up-Boy superando las 100 mph sobre su montura debían de completar un circuito de 3.5 millas por la NorthCircular Road londinense en los cuatro minutos y pico que duraba la canción de los Animals The House of the Rising Sun. La Juke Box que daba la salida y chequeaba la llegada se encontraba en el Ace Cafe. Y si el movimiento Cafe Racer no se podía entender sin el blues eléctrico de los de Newcastle y demás bandas de los sesenta, su música tampoco se podía entender sin una buena guitarra eléctrica. Y la mejor, sin duda, era la americana Fender.
Fender ha querido homenajear al movimiento Cafe Racer encargándole a los americanos de Suckerpunchs Sallys una moto muy singular. Como no podía ser de otra manera la base es de una Triumph Thruxton a la que apenas se le trabajó el motor. El grueso de la transformación lo encontramos en la pintura, tarea de la que se encargó Sara Ray, una de las mejores pintoras de bobbers y choppers de USA y que con la Triumph-Fender se ha atrevido por primera vez a decorar una moto racing.
Fender ha querido homenajear al movimiento Cafe Racer encargándole a los americanos de Suckerpunchs Sallys una moto muy singular. Como no podía ser de otra manera la base es de una Triumph Thruxton a la que apenas se le trabajó el motor. El grueso de la transformación lo encontramos en la pintura, tarea de la que se encargó Sara Ray, una de las mejores pintoras de bobbers y choppers de USA y que con la Triumph-Fender se ha atrevido por primera vez a decorar una moto racing.
No hay comentarios:
Publicar un comentario